Caricias, mimos

Caricias, mimos, que poder tienen sobre uno.

Si entendieras el poder de las caricias, en forma de gratificación silenciosa al alma y al cuerpo.

El tiempo es único e irrepetible, no mezquines esas caricias que queres dar y por uno o varios motivos dejas pasar,  es el momento, no lo tendrás otra vez.

Cuando me veas bajoneada, con  cara mala, silenciosa, no te haces una idea del poder que tienen tus caricias. Dedícame un minuto de tu vida en proporcionarme una caricia, me hace bien a mi y te hace bien a vos, aunque pienses, creas que a vos no te significa nada.

Esos mimos ausentes, distantes, ponen mas distancia entre ambos.

Pero mas allá de dedicarme un minuto a mi, dedícate un minuto a ti, para poder sanar las heridas de tu alma.

Las heridas del alma, son aquellas de las que no nos percatamos a simple vista, pero están, son las que se llevan a cuesta como una mochila pesada, y que solo en momentos culmines damos a conocer. Si le prestáramos tanta atención como las heridas del cuerpo, si nos percatáramos más de ellas, viviríamos más a pleno.

Pero todo eso lleva tiempo de autoconocimiento y de autoevaluarse uno mismo, desde lo mas profundo de su ser.

Son pocas las personas que se conocen a si mismas, aunque no nos conozcamos en profundidad. Pero el autoconocerse da la posibilidad de expresar los sentimientos sin miramientos, y tener  la satisfacción personal que uno expresa, dice y hace l que mas siente.

Por eso los mimos y las caricias son la mejor manera de sanar las heridas del alma tuya y mía. No dejes pasar este tiempo, es único e irrepetible.

Hay veces que hay que ser muy reiterativo con lo que uno quiere, para que del otro lado sea escuchado.

Dedícame unos mimos, caricias, y veras como se llena de esplendor tu alma y la mía, no pierdas tiempo.