Morir por el amor

Morir por el Amor

Morir por el  amor.

No es lo mismo morir de amor, y morir literalmente, que es desangrar el corazón por   las penas suscitadas en el mismo.

Morir de amor,  es dejar marchitar esos momentos que nos hicieron las personas mas felices sobre la tierra.

Morir de amor, es comenzar a transitar el camino de la vida, sola, sin ese compañero al cual teníamos de par, para sobrellevar lo cotidiano, la rutina, los problemas.

Morir de amor, es dejar atrás, al compañero, que nos protegía, nos entendía, en donde nos refugiábamos cuando estamos desanimadas.

Morir de amor, es perder al ser con el cual queríamos construir una vida juntos.

Pero morir por el  amor, es algo totalmente distinto.

Es morir, en la amplia explicación de las palabras, es dejar de existir, de vivir.

Y uno muere, por el amor, cuando, es ejecutado, en la más aberración de la palabra, por quien nosotros ámanos sinceramente.

Cuando, en un “ataque” de celos, frustración, indignación, inseguridad, nos ultima de una manera feroz, atroz, y sin explicación alguna.

Mucho antes de sacrificarnos, en lo amplio de la palabra, fue socavando nuestra persona de una y mil manera.

Impuso sus reglas, sus límites, su degradación hacia nosotros.

Y quien nos amaba, de una manera enferma, nos ejecuta.

En su momento, cuando comenzaron las agresiones sea verbales o físicas, pasamos limites, dimos nuestra opinión que así no podíamos seguir viviendo.

Esto no fue oído, no fue atendido, y las agresiones fueron creciendo, hasta llegar a la muerte.

Y terminamos falleciendo por el amor, enfermizo, en manos de quien amábamos